lunes, 13 de diciembre de 2010

LUNES

El miércoles tenemos el control del tema 6 de Lengua.
El jueves tenemos los controles de Matemáticas y Conocimiento del Medio.
El viernes tendremos la oportunidad de disponer de un día para nosotros. Ánimo esta semana es muy importante.Buen trabajo y buena tarde.

lunes, 22 de noviembre de 2010

NUEVOS RECURSOS

Tenéis a vuestra disposición en el blog una serie de páginas donde se pueden realizar actividades relacionadas con las asignaturas de Matemáticas, Lengua y Conocimiento del Medio. Ya me contaréis, son muy interesantes, probad.

viernes, 8 de octubre de 2010

¡¡¡Por fin!!!

Hoy hemos empezado a utilizar nuestro magnífico ordenador en clase. Ya hay un trabajo sobre el texto expositivo que debe terminarse en casa. Esperamos que todos puedan usar este recurso tan positivo y sigamos creciendo en las nuevas tecnologías de la información. Hay tareas ya en la agenda y estudio por delante. Aprovechad que la semana que viene es de exámenes. Buen trabajo y buen fin de semana.

lunes, 4 de octubre de 2010

Lunes 4 de octubre

Buenas tardes. No olvidéis revisar los controles de matemáticas y lengua. Anotad todos los contenidos en los que tenéis alguna duda y os habéis equivocado, para mañana resolver dudas y verlas en clase. Esta tarde debe ser de revisión de ejercicios y no solamente de hacer cosas para los temas nuevos. También hay que hacer resúmenes de los contenidos nuevos. Como ya adelanté en las anteriores clases, comentad en casa que en esta unidad 2 no realizaremos minuteros con el fin de que vayáis estudiando poco a poco, día a día y así organizaros vuestro trabajo. Se verán los resultados en dos semanas. En Secundaria ese será el método de trabajo así que es bueno para nuestra preparación. Nada más, no descuidéis el estudio y repasar cálculo, problemas y ortografía todos los que lo necesitéis, son las principales lagunas a nivel general de la clase. Buena tarde y buen trabajo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Martes 21 de septiembre

Ayer algunos estudiaron según su organización, otros me consta que no la cumplieron. Debemos hacer un esfuerzo por cumplir con nuestro cometido. Hay tarde suficiente para hacer muchas cosas si en clase atendemos y aprendemos poco a poco a ser más ordenados y prácticos. Hoy en matemáticas hemos hecho una prueba sobre números naturales composición y descomposición que cada uno revise su minutero y repase la forma adecuada de hacer esos ejercicios. También hemos mandado varios ejercicios del 7 al 10 de la página 9. Para adelantar el trabajo de mañana y hacer una lectura previa siempre positiva para entender un nuevo concepto sería conveniente leer la página 10 que versa sobre la suma.
En Lengua hemos comprobado como más de la mitad de la clase no se ha preparado bien las palabras de vocabulario y no conocen bien su significado. Es importante el conocimiento y la interiorización de nuevas palabras para adquirir un vocabulario más rico y extenso en nuestro propio beneficio. Sería adecuado que nos acostumbrásemos a estudiar cada día unas cuantas palabras para que no se nos agolpe todo el mismo día.Hemos mandado los ejercicios 7,8 y 10 de la página 9. También hemos mandado hacer el resumen de la página 10 sobre la oración, el sujeto y el predicado y la concordancia. Una diferencia con respecto a 5º es que vosotros mismos tenéis que ir aprendiendo a descubrir lo importante del texto, ya sabéis que en clase yo expongo los conceptos claves y sobre eso son los que debéis realizar el resumen.Ah se me olvidaba ayer no sé si dedicaste tiempo para Cono pero mañana tendremos minutero de todo lo que vimos el otro día, la célula, partes, definición de tejido, órgano, sistema y los sistemas relacionados con cada función vital. También la definición de neuronas. Espero que poco a poco nos vayamos organizando mejor y tengamos tiempo para todo. Buen trabajo y mucho ánimo.

P.D: Los días que no necesitéis 1 hora de estudio podéis dedicar parte de esa hora a leer, ya mismo debemos entregar el libro para prestarlo a otros compañeros.

lunes, 20 de septiembre de 2010

20 de septiembre 2010

Buenas, hoy hemos tenido nuestro primer día de clase con el nuevo temario. En matemáticas hemos visto los números naturales. Tenemos 2 ejercicios sobre unidades, decenas, centenas..
En Lengua ya tenemos bastantes palabras de vocabulario, hoy hemos incluido 4 del texto del Quijote y una más que ha aparecido. Ya deben estar estudiadas todas las demás palabras salvo las vistas hoy que mañana vamos a corregir. También tenemos 3 ejercicios de comprensión de la lectura aunque uno ya lo hemos hecho en clase y corregido.En Conocimiento del Medio este año como novedad vamos a incrementar los contenidos que veamos en cada clase. Hoy hemos empezado el tema 1 y hemos leído la célula y sus partes, la definición de tejido, órgano y sistema. También hemos visto las funciones vitales y los sistemas que intervienen en cada una de ellas. Y por último pudimos observar dentro de la función de relación en referencia al sistema nervioso, el concepto de neurona. En Conocimiento debemos no olvidar incluir una introducción elaborada y redactada por nosotros al principio de cada resumen de contenido, todo esto debe ir costando menos cada vez pues ya tenemos experiencia del curso pasado. Todas las dudas o cuestiones de interés sabéis que estoy disponible en el recreo o en cualquier clase que tengamos, siempre en el momento adecuado. Hay que empezar duro pero ya mismo el ritmo es nuestro y lo agradeceremos todos. Feliz Tarde y buen inicio de curso. Ah no olvidéis lo dicho en clase, debemos hacer difícil 6º para hacer más fácil 1º de ESO. ¡ánimo! ¡ Podeemos!

miércoles, 25 de agosto de 2010

Eeehhh ¡¡¡qué volvemos!!!

Ya, ya sé. Sé que estamos mucho mejor de vacaciones. En la playa, en el campo, en la piscina. Lo sé, esa sensación de no tener una obligación diaria sienta muy bien. Pero todo depende de la perspectiva. De la forma de mirar las situaciones, las vivencias. Hay que avanzar, hay que crecer, ser más y mejores, porque no podemos estancarnos. No podemos quedarnos anclados en los recuerdos de un verano feliz, extenso y maravilloso. Hay que proseguir. Hay que continuar con nuestra vida. Aprovechar este don tan bendito que Dios nos ha regalado. Un año importante por delante. Un gran paso hacia otra etapa. El fin de un ciclo. Un año por delante para disfrutar, aprender, crecer, ser más felices y vivir más aventuras. Todo depende de las ganas que se le pongan. La felicidad está más cerca de lo que a veces imaginamos. Nos espera un curso por delante, lleno de cosas nuevas, aprovecha estos días, descansa, carga las pilas que ya mismo volvemos...
Tengo en mente un proyecto nuevo para este curso, estoy ahora mismo preparándolo, espero que os guste, nos lo vamos a pasar muy bien si lo hacemos todos con ilusión y esfuerzo.
Nada más, disfrutad mucho que todavía os quedan unas "semanitas" y pronto nos veremos. Un saludito para todos.

miércoles, 14 de julio de 2010

DISCULPAD LA TARDANZA, POR FIN CAPITULOS FINALES MARINA AYUDA A NUESTRO AMIGO VICENTE

CAPÍTULOS FINALES

CAPITULO XIX


No salía de mi asombro escuchando las palabras de Miriam.


-Vamos haber, ¿en qué se supone que te tengo que ayudar?


-Mira, Vicente, Borja me ha metido en un buen lío. Yo no tengo nada que ver con vuestro libro y vuestra historia. El cuestionario incluía un apartado en donde preguntaba que quién creías que sería la persona más adecuada para acompañarte en caso de necesitar ayuda de otra persona. Borja, me puso a mí. No es que tenga nada en contra de él. Pero la papeleta en que me ha metido es bien gorda.


Así es que fíjate chico, me encuentro yo aquí, en este embrollo, sin comerlo ni beberlo. Es por eso que tú eres de gran ayuda para mí. Yo, a cambio voy a intentar explicarte como podemos salir de aquí. Pero es necesario unirnos, ¿me ayudarás?


-Sí – dije rápido y contundente-. Sí, claro que te ayudaré Miriam.


De nuevo la sonrisa volvió a lucir en su rostro. Yo me quedé embobadito mirándola. Era normal que pusiese su nombre Borja, ella era guapísima, aunque tenía su carácter, era evidente.


-Bueno, estoy impaciente, chica, empieza a decirme qué cosas son las necesarias para volver a la normalidad porque el colegio no es que me apasione, pero esta situación se me está haciendo muy cuesta arriba.


-Lo primero será acercarnos al solar.


Una vez que llegamos allí, nos pusimos manos a la obra. Ella me dijo que había que buscar a la altura del campo de tierra, que allí debía estar escondido un papel. Miramos de arriba abajo hasta que lo encontramos. El papel no era muy grande, medio folio más o menos. En el folio no había nada escrito. Miriam no me dijo por qué había que buscar el folio ni nada, pero yo tampoco le pregunté porque las ganas de volver a casa me hacían demasiado práctico y poco preguntón.


Debemos buscar a una muchacha, ella tiene muchas respuestas.

-No me dijo nada más. Ni siquiera el nombre de la chica. Cuando estuvimos andando unos pasos ya soltó su nombre. Se llamaba Marina Bretones Fernández, era una compañera de 5º del cole. Nos dirigimos sin perder detalle hacia un descampado que se encontraba a las espaldas del colegio. Ella nos esperaba con una gran sonrisa en su rostro.

-¡Hola Marina!- me salió espontáneo ( cada vez era menos tímido, no me imaginaba antes saludando yo a una niña.

-¡Hola Vicente! Como sé que buscas respuestas y yo te las puedo dar, no perderé ningún minuto. Ya sé que es crucial para ti. Yo estoy aquí por algo, normalmente me sucede. Ya no me extraño, el tiempo parece que se para, me depara a este lugar virtual, por definirlo de alguna manera y alguien me pregunta algo sobre como volver a casa. A todos los digo lo mismo. A mi me encanta leer, yo sólo sé que cuando empiezo a leer en casa al rato me traslado hacia aquí y una persona me encuentra y me pregunta como volver a su casa. Te diré lo que siempre digo, y creo que funciona. Busca en ti mismo, no hay nadie mejor que uno mismo para saber volver a tu lugar. Lo importante es reconocer nuestras dificultades y luchar por solventarlas.

- De repente la chica desapareció y quedé otra vez a solas con Miriam. Ella permanecía callada, como si supiese que quería decir Marina con esas palabras.

-¿Ahora qué hacemos, Miriam? Me sorprende un poco esta chica pero lo que debo hacer es mirar bien en ese folio, a ver Miriam ahí pone algo...¿Aquí dices tú que debe poner algo? -comenté yo, algo desencantado, principalmente porque seguía sin verle el final a todo esto.

-Tranquilidad y buenos alimentos, como dice mi padre -contestó Miriam-. Ven, busquemos donde da el sol, hay que mirarlo a la luz del sol.


Nos alejamos hacia una esquina, una vez en ese rincón del campo, concretamente cerca del área pequeña de una de las porterías, entonces, Miriam acercó el papel con mucho cuidado y empezó a verse algo escrito con un color azul claro.


-¡No puede ser! –exclamé algo sorprendido.


-Sí, sí -se apresuró a afirmar Miriam-. Parece que pone algo Vicente, ¿puedes leerlo tú también?


Al principio costaba un poco pero una vez que fijabas la mirada, ya se iba aclarando más lo que estaba escrito, decía algo así:


“Entre la puerta y la entrada, la verdad será encontrada


-¡Corre, corre, Vicente! -las palabras de Miriam, parecía indicar que estaba cerca la vuelta a casa.


Fuimos todo lo rápido posible, llegamos a donde estaría situadas las puertas del colegio.


-“Entre la puerta y la entrada”… tiene que ser aquí –exclamó Miriam-. Sí, debemos mirar bien. ¡Mira!, hay una flecha que señala a la calle, ahí, a la señal de tráfico, donde está la papelera.


Miré detrás de la señal y me encontré unos folios doblados, algo amarillos, como si el tiempo hubiese hecho mella en ellos.


-Esto debe ser lo que buscábamos.


-Sí, sí, déjame verlos -contestó sobresaltada.


¡Que brío! No esperaba una reacción así de una chica tan tranquilita como ella. No pude ver lo que ponía, simplemente vi como se le encendían los ojos de la emoción. Cogió los folios los guardó y me dijo:


-Ya está todo resuelto muchacho. Nada de esto debería haber pasado.


-¿No puedo leer lo que pone en esos folios Miriam? -pregunté yo, comido por la curiosidad.


-No sé, Vicente, quizá sea mejor que no lo leas. Tú has vivido esta experiencia, seguro que sabes sacar cosas positivas de todo esto. Ahora lo importante es que sepas valorar más las cosas y ya está. Para qué liarte más.


-No sé, me dejas con las ganas, después de todo, si consigo salir de aquí me hubiese gustado saber como lo he hecho. Porque… ¿ahora qué pasa? ¿Ya todo vuelve a la normalidad?


-Sí, sí, sólo tienes que volver a tu casa y cuando estés llegando todo será como antes, ya mañana volverás a nuestro colegio sin problemas.


-Bueno, pues encantado de conocerte Miriam, ya nos veremos por el colegio.


Me dio dos besos qué provocaron nuevamente un volcán en erupción en mis mejillas. Seguramente ella lo notaría.


-¿Cómo?, ¡ah! Sí, sí por el colegio, venga hasta pronto.


Su respuesta, a pesar de la conmoción de los besos, me dejó pillao. No sé por qué, pero algo me olía mal. Parecía como si Miriam no me hubiese contado toda la verdad. Yo, a pesar de todo, le hice caso, agaché mi cabeza y me dirigí presuroso hacia la otra calle, crucé por el paso de cebra y me marché por el camino que todas las mañanas hacía, dirección: mi casa.


Cuando estaba cruzando la esquina de la tienda de aparatos electrónicos de la calle del colegio, ya en la otra acera, escuché un grito desde lejos:


-¡Vicente, Vicente!


Volví la vista atrás y era Borja. ¡No, por Dios!¡Más líos, no, pensé para mí. Esperé a que llegara, venía sobrecogido, sudando y con la cara descompuesta.


-¿Qué pasa Borja? ¿De dónde vienes?


-¿Qué de dónde vengo?, de buscarte, de buscarte, te dije que te dieras una vuelta, no que te perdieras por ahí.


-He estado con Miriam, por cierto, ¡qué guapa es!, qué callado te lo tenías.


-¿Cómo?, ¿has estado con Miriam? ¿No la habrás ayudado a encontrar unos papeles? Dime que no, por favor…


-Ni que fuese un crimen, además tú no me has contado toda la verdad, ella me ha informado muy bien de todo, encima me prometió ayudarme y fíjate, ya está todo arreglado, vuelvo a casa. No sé que pasa contigo, pero está claro que me engañaste.


-¿Engañarte a ti?, yo no te he engañado, ella se ha aprovechado de ti para volver solita a la normalidad, ella sola, leyendo el escrito que dejó Don Ricardo para ti, se lo conté yo. Además, ha hecho lo que quería, dejarme a mí también aquí.


Vamos, si quieres ir en dirección a tu casa, verás cómo todo sigue igual. Yo le conté a ella que existían esos papeles, pero que sólo tú podrías encontrarlos, la historia es tuya, nosotros sólo vinimos a ayudarte.


Me estaba derrumbando, se me empezaron a saltar las lágrimas e iba a comenzar a llorar. Ya si que era todo esto una pesadilla, no había dudas…



CAPITULO XX


Tanto los expertos en algo como los que no lo somos tenemos muchas cosas en común, aunque la que más nos divierte y nos llena de alegría son las tradicionales excursiones.


Este año hemos tenido varias y aún nos queda la mejor. El gran viaje de final de curso. Para ello hemos estado vendiendo mantecados y bombones durante el primer trimestre. Cada uno ha ido haciendo un esfuerzo por colocar en su cuenta particular muchas cajas vendidas para obtener un buen beneficio que nos ayude a costearnos el viaje.


Yo he sido de los normalitos de mi clase. Prácticamente todos mis compañeros han vendido mantecados. Junto a sexto C somos la clase que más pedidos hemos realizado. Nuestro tutor es el que se ha estado encargando, iba por las clases llamando a los alumnos e íbamos recogiendo nuestro pedido. Ya os digo, ha habido gente que se ha costeado el viaje. 30 cajas de surtidos especiales, 30 cajas de bombones variados, 30 cajas de almendras garrapiñadas, una barbaridad. Yo a duras penas he vendido 5 cajas de todo, hasta un par de cajas de polvorones sin azúcar para mis abuelos.


Mi madre iba colocándole cajas a las vecinas, a sus amigas con las que hace la primitiva, etc. Mi padre en el trabajo decía que no llevaba ninguna, que siempre cuando le ofrecían papeletas para algo las rechazaba, que no era plan de llegar con su cajita de mantecados, la verdad que sí, era coherente buscarle otra salida.


Todavía no nos han dicho donde nos van a llevar. Mi madre ya está preguntándome pero no sabemos nada. Mi tutor dice que se están barajando varias posibilidades y según las ofertas y la calidad-precio pues ya decidirán.


En otros años han ido a Valencia, concretamente a Alicante. Allí estaba todo organizado y lo pasaban genial. Visitaban el Parque de las Ciencias, Terra Mítica, etc. Además la playita estaba muy cerca del hotel y todos los días estaban en la piscina. Los que están ahora en 2º de E.S.O nos lo han contado y la verdad que tiene muy buena pinta.


Esperemos que mantengan ese viaje y no lo cambien o si lo hacen que sea un sitio chulo, aunque en el fondo lo que más mola es poder estar todos esos días con los amigos de la clase. Además hay que aprovechar que el año que viene dicen que nos cambian de compañeros y hacen clases nuevas. Veremos a ver, más que nada si apruebo porque llevo la cosa chunga, chunga.









CAPITULO XXI



-Tranquilo, Vicente, creo que no todo va a ser tan fácil para ella. No sé si estoy en lo cierto, pero me da en la nariz que Miriam no podrá volver a su vida, sin antes volver tú a la tuya. Esa era una de las condiciones que ponía Don Ricardo en su cuestionario. Aunque eso no quite que… ¡estés en la parra tío! -en otro momento sus palabras me hubiesen molestado, pero Borja llevaba razón, me había dejado engatusar por la simpatía de Miriam, su forma de pedirme las cosas, vamos, todo en general.


-Tienes razón Borja, he sido un patoso, pero se puede remediar – como se notaba que estaba cambiando, ya sabía aceptar hasta mis errores con más facilidad. A este cambio de actitud le llamaría mi padre, síntomas de madurez, él que tantas charlitas me daba en casa-.


-Sí, desde luego, todo tiene solución, pero bueno que eso no quita que estés empanao cómo puedes no mirar lo que había en esos folios, ahí estaba la puerta para salir de aquí, no ves que tú eres la llave.


-¿Yo, la llave?


-Claro, tío, si tú vuelves, volvemos todos, es el trato, es lo que decía el cuestionario.


-Ya, ya, vale, dejemos las teorías, ¿y ahora qué?


-¿Cómo que ahora qué? , la única salida que nos queda es ir a buscar a Miriam, ella en estos momentos se tiene que estar dando cuenta que por muchos papeles que lea, no tiene escapatoria, ella te necesita igual que yo. Y tú necesitas leer esos folios.


-Bien, hasta ahí, correcto, entendido todo -afirmé con mucha seguridad. Ahora parecía que habíamos cambiado los roles. Borja se estaba convirtiendo en un joven asustadizo, y preocupado. Yo en cambio, aceptaba ya de buen grado, que era el verdadero protagonista de esta historia. Nunca me había sentido tan bien. Todo debía pasar por mis manos, sino nadie volvería al lugar del que vinimos.


Después de todo un día, bien largo por cierto, me estaba empezando a sentir de otra forma. Tenía cierta curiosidad por ese mundillo de los libros, o más bien ese mundillo había empezado a interesarse por mí. No sé cual de las dos cosas era más verdadera. Lo que si estaba claro es que nadie me había dado tanta importancia como la que ahora me ofrecían tanto Borja como Miriam, que supuestamente en estos momentos estaría pensando en mí, claro que… por interés lógicamente. Ojalá fuese por otro motivo, pero no hace falta ni nombrarlo, ¿se iba a fijar en un chico mucho menor que ella? Lo descarté claramente.


-Creo que puedo tener una remota idea de donde estará Miriam, vamos a dirigirnos hacia la otra parte del colegio, la salida por el campo de tierra, en el lateral cercano al antiguo cerro de la Golondrina –me indicó Borja.


Yo estaba risueño, como en una nube, es descarado por mi parte decirlo, pero en este instante, no me importaba seguir aquí envuelto en esta nebulosa de misterio y aventura, ya que el mundo se movía sobre mis pies, todo giraba en torno a mí, mi ego crecía desmesuradamente. Dicen que cuanto más subes, más dura es la caída, pero …¡ se está tan a gustito arriba!


-Venga chico, ya creo que nos queda poquito. No pensé que ayudarte iba a ser tan complicado. Cada vez me acuerdo más de mi casa, de mis colegas… Esto tiene que terminar.


Sus palabras iban en contraposición a mis nuevos deseos. Yo quería aguantar un poquito más la historia, saborear las mieles del liderazgo.


Caminamos hacia esa calle, atravesamos por la parte del otro colegio que había al lado del solar, ese colegio si seguía en su sitio, el paso de Borja era acelerado, con un movimiento rítmico continuado, en cambio el mío era pausado, con la cabeza erguida, la mirada puesta al frente, con decisión y valentía, pero sobre todo sin prisa.


-Mira, mira –señaló con su índice al final de la calle, a la altura de la rotonda tradicionalmente llamada El ciprés. Allí, sentada en el banco con la mirada en los folios se encontraba Miriam. Nunca la había visto tan aplomada, su cuerpo parecía caído, sin fuerza.


-¡Ehhh!,¡embaucadora, traidora!¿Qué pasa? ¿No ha habido suerte no?-de su boca salían toda clase de improperios hacia la muchacha, ella no sé si haciendo alarde de paciencia, o simplemente abatida por el fracaso, no levantó la mirada.


Continuó con su cabeza mirando la acera. Al llegar al banco, me miró y me dijo con cierto tono melancólico:


-Vicente, creo que estos folios te pertenecen, disculpa mi atrevimiento, mis mentiras, pero necesitaba salir ya de esto. Nunca he sido así, esta pesadilla está sacando de mí mis peores instintos, no volveré a mentirte, te pido disculpas.


-¿Eso es todo? ¡Te parecerá bonito! El muchacho buscando la manera de volver a su casa y tú aprovechando la coyuntura y queriendo escaparte por la tangente, ¡ya te vale!


-Perdona -contestó con un tono tosco Miriam, algo poco habitual en ella-. Perdona, pero eres el menos indicado para hablar. Tú si que has mentido descaradamente, te inventaste un absurdo para meterme en esto, todavía me planteo como no he intentando salir antes de aquí. Yo nunca te dije que me metieras en esto, fuiste tú, cuando en el maldito cuestionario escribiste mi nombre, yo me llevaba muy bien contigo, pero veo que no eres como pensaba, me estás demostrando que no eras ni la mitad de lo que creía. Pero bueno de todo eso ya hablaremos más tarde, lo importante es que Vicente nos saque de aquí, y luego ya veremos.


¡Qué barbaridad! ¿Mi padre que diría de todo esto? es lo primero que se me vino a la mente. Estos chicos de la E.S.O. no demostraban síntomas de madurez. ¡Vaya manera de ponerse verdes! Se han puesto como un trapo y yo pensaba que eran muy amigos ¡Qué fuerte!


-Bueno chicos, vamos a dejarnos de discusiones. Miriam, déjame esos dichosos folios a ver que ponen y vamos a llevarnos bien que las peleas no sirven de nada, como dice mi amigo Borja. Todo tiene solución, ya sea en esta vida o en la otra, porque aún no sabemos si podremos volver.


Yo me lo tomaba con mejor filosofía que ellos, ahora estaba hasta contento. Vamos a ver qué pone aquí:


A estas alturas chavales, en la otra vida, algún niño o adolescente está a punto de dejar un libro a medias, sin terminar, sin concluir, tenéis la difícil tarea tanto tú, Vicente, como Borja y Miriam, de ayudar a los próximos viajeros a volver al maravilloso mundo que nos rodea, sólo es necesario que valoren verdaderamente la lectura. Tú, Vicente, ya lo has conseguido, pero eres fundamental a la hora de hacerle ver a un chico de tu misma edad, cómo se puede mejorar simplemente aprendiendo a leer su propia vida. Pronto volverás a tu casa, a tu colegio y a dar clase conmigo, o no, todo dependerá de la ilusión que has recuperado y la autoestima que ahora ya tienes. Estáis tres personas, dos adolescentes y un preadolescente, no creo que haya chico o chica que se os resista. A estas alturas, Borja y Miriam ya habrán vuelto a discutir Vicente, no es la primera vez, intenta convencerlos (yo aún no he podido) de que si quieren volver a casa, tendrán que resolver esas discusiones tontas que se traen a menudo.

Recapitulando, si no me equivoco, ya os toca una nueva aventura. Confío en vosotros chicos, nadie como ustedes, para que otros niños aprendan el placer de leer, aventuras no os van a faltar y…”


No acabé de leer el final, tenía entre mis manos los folios cuando miré sobre mis pies y estaba lleno de agua.


-¿Qué pasa? ¿Qué es esto?


Mis rodillas estaban empapándose, me encontraba dentro de una fuente.


-Borja, ¿qué hacemos aquí? –pregunté extrañado.


-¿Cómo? ¿Aquí dónde? Mira Vicente, tú deliras, llevamos aquí un día entero, no nos ves. Que estamos muertos, y sal ya de la dichosa fuente tío. Eres ya grandecito para estar dentro, ¿no piensas igual Miriam?


-Sí, sí, ya está bien chiquillo, qué nos dejas en vergüenza.


-¿Qué ocurre ahora?


No me lo podía creer, ya no me acordaba de lo que estaba haciendo antes de aparecer en la fuente. ¡Ah! Recordé algo de unos folios, eso, eso, pero… si aquí no hay ningún folio… ¡Dios mío, creo que voy a perder la cabeza!


-Bueno, ¿a qué esperamos? -contesté bastante enojado.


-Pues, qué va a ser, esperamos…


-¿Qué esperaban, abuelo? ¿A qué esperaban Vicente y sus amigos?


- Creo que oigo a vuestra abuela…


-¡Abuelo, abuelo!


-Hijos, seguid leyendo, vuestra abuela me llama. Ya le dije que no me molestara. Voy a mirar que quiere ahora. Vuelvo enseguida, mientras tanto ya sabéis, acabad el libro, quedan muy pocas páginas y sino no sabéis que le pasará a Vicente.


El abuelo bajó a la cocina y su mujer ya anciana, quería que le ayudara a coger los platos para el almuerzo de sus tres nietos, Alba, Rubén y Sergio.


-¿Qué pasa Ricardo?, ¡ya está bien de leerle a tus nietos tus libros! Si quieres que les guste leer, es mejor que no les insistas tanto! Anda, anda, sube a por ellos y diles que ya mismo está el almuerzo, que se laven bien las manos.


-Lo siento cariño, esta vez se han marchado sin despedirse de ti.


-¿Y eso por qué?


-Los esperaba alguien, un tal Vicente y sus amigos, que dicen que tienen que intentar enseñarles una cosa muy importante.


-Espero que sea cosa de ellos y no tuya, Ricardo, ya te dicho mil veces que te jubiles ya, que estás empezando a ser un profesor algo chocho. Hay que dejar paso a los nuevos.


-Amor mío, siempre te he dicho que yo no soy profesor, soy Maestro. ¡Ahh!, una cosa más… un Maestro, nunca, nunca se jubila; mi labor es buscar la manera de sacar lo mejor de cada niño y ayudarlo a descubrir el camino que lo haga feliz, aunque al final, los puñeteros, lo que consiguen siempre es sacar lo mejor, lo más bueno de mí mismo, y eso, cariño, no tiene precio. Es de la única riqueza de la que nunca me quisiera desprender.







jueves, 24 de junio de 2010

CAPITULOS XVIII Y XIX

Es para mí una alegría tener constancia de que esta novelilla está siendo seguida y leída por vosotros. Gracias a todos de corazón por dejarme compartir esta obra donde he querido plasmar mis vivencias como maestro en una historia sobre la importancia de la lectura. Mil gracias.

CAPITULO XVIII

Como comentaba antes, dentro de los expertos encontramos a los delegados de clase. Dejamos a un lado al delegado principal, ese según lo haya hecho en los años anteriores, normalmente sale reelegido, deja el cargo y no se presenta más, o intenta que votemos todos a alguno de sus amigos o amigas y así tener casi el poder. Yo hablo de los delegados de deportes y cultura.


En mi colegio el deporte se fomenta mucho al igual que la cultura.

Como ya comenté la liga de fútbol de Primaria es fruto de nuestra insistencia por este deporte. En cuanto a la cultura, destacan los momentos fuertes del curso: el adornar la clase, la preparación de las fiestas de Navidad, las carteleras y murales de todas las celebraciones del colegio.


Quizá en otras clases no haya surgido así, pero en la mía los delegados de cultura y deportes que se han votado siempre han sido los que mejor se les daba el fútbol y la pintura o los trabajos manuales. Las elecciones al consejo de curso son para nosotros algo especial, conllevan una popularidad añadida dentro de la clase. Las semanas previas ya se ven a muchos hablar entre ellos y comentar que si se van a presentar a delegado, que si el del año pasado nos apuntaba siempre en la pizarra y borraba a sus amiguitos, que si otro a deportes para elegir a los buenos para el juego de bandera y voleibol, que si para delegado de cultura tendríamos que votar a zutanita que pinta genial y podría adornarnos la clase, etc. Son multitud de conversaciones, comentarios, rumores que a la entrada, a la salida y en el recreo se reproducen una y otra vez.


En este curso yo particularmente estoy muy contento con los que han salido. Lo están haciendo francamente bien además que siempre han sabido afrontar las cosas con calma, sin desesperarse.

Nuestro tutor nos ha ayudado mucho la verdad. Aprovechábamos la hora de tutoría los viernes después del recreo e íbamos organizando todo. Con el delegado de cultura los adornos de Navidad, el árbol, los que se encargaban de las letras para poner frases decorando… Todo nos fue saliendo muy bien, incluso ganamos el concurso de Belenes del tercer ciclo. A una compañera se le ocurrió montar el Belén con figuritas hechas a partir de cáscaras de huevo. Las fuimos vistiendo con tela, poniéndole detalles con plastilina y al final quedaron geniales. Fabricamos casas con cajas de medicamentos, pintamos con témperas todo y al final Primer Premio, nos hicieron una foto a todos y salió nuestro Belén en la revista mensual del colegio El patio.


El delegado de deportes también se lo ha currado muchísimo. No ha habido ninguna queja de nadie, cada uno hemos ido practicando varios deportes y cuando ha habido alguna competición con motivo de las fiestas del colegio todo ha salido de rechupete. De hecho también hemos sido afortunados pues hemos ganado varias competiciones a lo largo del curso. La más destacada es la archinombrada ya Liga de Fútbol de Primaria. El año pasado estando en quinto curso, conseguimos todo un logro, llegar a disputar la final con la clase de sexto c toda una máquina de jugar, estaban muchos de los que juegan a fútbol sala federado en el equipo del colegio y eso se notaba mucho. Nosotros tenemos en nuestra clase a dos compañeros que juegan muy bien, los demás aportamos nuestro granito de arena y este año ya siendo de los grandes hemos conseguido la Liga. Los ganadores nos iremos un día a la piscina como premio.


Bueno os estaba hablando de los distintos expertos y me he emocionado contando los logros y aventuras de mi clase en este curso. Pues como contaba que también los hay especialistas en las distintas materias. Es impresionante ver como realizan el cálculo mental algunos de mi clase. Nuestro maestro nos fue orientando sobre varios truquillos fáciles de asimilar a la hora de realizar operaciones pero es digno de ver que agilidad han adquirido.


Otros en cambio sorprenden por las horas que le han dedicado al Atlas. Nuestro maestro de Cono nos ha examinado de todas las capitales de Europa y su colocación en el mapa. También de los ríos, sistemas montañosos, lagos, cabos, golfos de toda Europa. Pero unos pocos se sabían además de todo esto, los países de América del Norte, del Sur y central. También las de Asia, África y Australia. Era sorprendente ver como el maestro les preguntaba voluntariamente y acertaban a colocar el río Amazonas, el Himalaya, el gran lago Victoria, la bahía de Hudson, etc.


Es cuestión de tiempo, eso solía decirnos siempre el típico envidiosillo. Los demás nos reíamos pues continuaba diciendo:


*

Yo porque no quiero sino mejor que cualquiera de esos lo haría.



CAPITULO XIX


No salía de mi asombro escuchando las palabras de Miriam.


-Vamos haber, ¿en qué se supone que te tengo que ayudar?


-Mira, Vicente, Borja me ha metido en un buen lío. Yo no tengo nada que ver con vuestro libro y vuestra historia. El cuestionario incluía un apartado en donde preguntaba que quién creías que sería la persona más adecuada para acompañarte en caso de necesitar ayuda de otra persona. Borja, me puso a mí. No es que tenga nada en contra de él. Pero la papeleta en que me ha metido es bien gorda.


Así es que fíjate chico, me encuentro yo aquí, en este embrollo, sin comerlo ni beberlo. Es por eso que tú eres de gran ayuda para mí. Yo, a cambio voy a intentar explicarte como podemos salir de aquí. Pero es necesario unirnos, ¿me ayudarás?


-Sí – dije rápido y contundente-. Sí, claro que te ayudaré Miriam.


De nuevo la sonrisa volvió a lucir en su rostro. Yo me quedé embobadito mirándola. Era normal que pusiese su nombre Borja, ella era guapísima, aunque tenía su carácter, era evidente.


-Bueno, estoy impaciente, chica, empieza a decirme qué cosas son las necesarias para volver a la normalidad porque el colegio no es que me apasione, pero esta situación se me está haciendo muy cuesta arriba.


-Lo primero será acercarnos al solar.


Una vez que llegamos allí, nos pusimos manos a la obra. Ella me dijo que había que buscar a la altura del campo de tierra, que allí debía estar escondido un papel. Miramos de arriba abajo hasta que lo encontramos. El papel no era muy grande, medio folio más o menos. En el folio no había nada escrito. Miriam no me dijo por qué había que buscar el folio ni nada, pero yo tampoco le pregunté porque las ganas de volver a casa me hacían demasiado práctico y poco preguntón.


-¿Ahora qué hacemos, Miriam? ¿Aquí dices tú que debe poner algo? -comenté yo, algo desencantado, principalmente porque seguía sin verle el final a todo esto.


-Tranquilidad y buenos alimentos, como dice mi padre -contestó Miriam-. Ven, busquemos donde da el sol, hay que mirarlo a la luz del sol.


Nos alejamos hacia una esquina, una vez en ese rincón del campo, concretamente cerca del área pequeña de una de las porterías, entonces, Miriam acercó el papel con mucho cuidado y empezó a verse algo escrito con un color azul claro.


-¡No puede ser! –exclamé algo sorprendido.


-Sí, sí -se apresuró a afirmar Miriam-. Parece que pone algo Vicente, ¿puedes leerlo tú también?


Al principio costaba un poco pero una vez que fijabas la mirada, ya se iba aclarando más lo que estaba escrito, decía algo así:


“Entre la puerta y la entrada, la verdad será encontrada”


-¡Corre, corre, Vicente! -las palabras de Miriam, parecía indicar que estaba cerca la vuelta a casa.


Fuimos todo lo rápido posible, llegamos a donde estaría situadas las puertas del colegio.


-“Entre la puerta y la entrada”… tiene que ser aquí –exclamó Miriam-. Sí, debemos mirar bien. ¡Mira!, hay una flecha que señala a la calle, ahí, a la señal de tráfico, donde está la papelera.


Miré detrás de la señal y me encontré unos folios doblados, algo amarillos, como si el tiempo hubiese hecho mella en ellos.


-Esto debe ser lo que buscábamos.


-Sí, sí, déjame verlos -contestó sobresaltada.


¡Que brío! No esperaba una reacción así de una chica tan tranquilita como ella. No pude ver lo que ponía, simplemente vi como se le encendían los ojos de la emoción. Cogió los folios los guardó y me dijo:


-Ya está todo resuelto muchacho. Nada de esto debería haber pasado.


-¿No puedo leer lo que pone en esos folios Miriam? -pregunté yo, comido por la curiosidad.


-No sé, Vicente, quizá sea mejor que no lo leas. Tú has vivido esta experiencia, seguro que sabes sacar cosas positivas de todo esto. Ahora lo importante es que sepas valorar más las cosas y ya está. Para qué liarte más.


-No sé, me dejas con las ganas, después de todo, si consigo salir de aquí me hubiese gustado saber como lo he hecho. Porque… ¿ahora qué pasa? ¿Ya todo vuelve a la normalidad?


-Sí, sí, sólo tienes que volver a tu casa y cuando estés llegando todo será como antes, ya mañana volverás a nuestro colegio sin problemas.


-Bueno, pues encantado de conocerte Miriam, ya nos veremos por el colegio.


Me dio dos besos qué provocaron nuevamente un volcán en erupción en mis mejillas. Seguramente ella lo notaría.


-¿Cómo?, ¡ah! Sí, sí por el colegio, venga hasta pronto.


Su respuesta, a pesar de la conmoción de los besos, me dejó pillao. No sé por qué, pero algo me olía mal. Parecía como si Miriam no me hubiese contado toda la verdad. Yo, a pesar de todo, le hice caso, agaché mi cabeza y me dirigí presuroso hacia la otra calle, crucé por el paso de cebra y me marché por el camino que todas las mañanas hacía, dirección: mi casa.


Cuando estaba cruzando la esquina de la tienda de aparatos electrónicos de la calle del colegio, ya en la otra acera, escuché un grito desde lejos:


-¡Vicente, Vicente!


Volví la vista atrás y era Borja. ¡No, por Dios!¡Más líos, no, pensé para mí. Esperé a que llegara, venía sobrecogido, sudando y con la cara descompuesta.


-¿Qué pasa Borja? ¿De dónde vienes?


-¿Qué de dónde vengo?, de buscarte, de buscarte, te dije que te dieras una vuelta, no que te perdieras por ahí.


-He estado con Miriam, por cierto, ¡qué guapa es!, qué callado te lo tenías.


-¿Cómo?, ¿has estado con Miriam? ¿No la habrás ayudado a encontrar unos papeles? Dime que no, por favor…


-Ni que fuese un crimen, además tú no me has contado toda la verdad, ella me ha informado muy bien de todo, encima me prometió ayudarme y fíjate, ya está todo arreglado, vuelvo a casa. No sé que pasa contigo, pero está claro que me engañaste.


-¿Engañarte a ti?, yo no te he engañado, ella se ha aprovechado de ti para volver solita a la normalidad, ella sola, leyendo el escrito que dejó Don Ricardo para ti, se lo conté yo. Además, ha hecho lo que quería, dejarme a mí también aquí.


Vamos, si quieres ir en dirección a tu casa, verás cómo todo sigue igual. Yo le conté a ella que existían esos papeles, pero que sólo tú podrías encontrarlos, la historia es tuya, nosotros sólo vinimos a ayudarte.


Me estaba derrumbando, se me empezaron a saltar las lágrimas e iba a comenzar a llorar. Ya si que era todo esto una pesadilla, no había dudas…

domingo, 30 de mayo de 2010

CAPITULOS XVI y XVII El Patio de los Perdidos

YA SE ACERCA EL DESENLACE, ¿QUÉ ALUMNO DE 5ºA AYUDARÁ A NUESTRO PROTAGONISTA?

CAPITULO XVI


Saliendo de ese tema, otro momento donde se nos da pie a descargar tensiones es el cambio de hora, la delegada aunque intenta cumplir su rol lo mejor posible no consigue controlar el estado de sitio en el que se convierte la clase. Los más cercanos a la hiperactividad comienzan su guerra particular de balonazos, aunque se excusan diciendo que es para colocarlos bien y que no nos los quiten por la tarde los que entran a actividades extraescolares.

Algunos que están tonteando empiezan a insultar a algunas niñas, ellas se defienden y les llaman mil cosas, la delegada apunta en la pizarra a los niños, aunque deja a varios sin apuntar, entonces ya empezamos a quejarnos todos, en esa tesitura nos encuentra nuestro tutor, así que imaginaros como se pone. Nuestra clase está situada en la segunda planta de un edificio, así que los maestros que dan clase en los pórticos también, necesariamente, deben invertir algunos minutos en subir hasta nuestra aula y son esos momentos los que aprovechamos.

No ocurre todas las horas porque tenemos muchas horas seguidas con nuestro tutor pero vamos, se nota que esperamos ansiosamente esos descansos. Con las mismas ganas intentamos a diario, sobre todo en las últimas horas que estamos más cansados o aburridos, el viejo truco del servicio, del cuarto de baño, de beber agua, etc.

En mi clase hay verdaderos expertos, todo hay que decirlo. Eso es un arte como ellos dicen, como cualquier otro. Una especialidad, aunque también influyen muchas circunstancias. Si el maestro está explicando algo importante, si estamos en un control, si estamos corrigiendo unas actividades de clase, hay momentos en los que es claramente descabellado pedir permiso para ir al cuarto de baño, el No rotundo aparece en la frente del maestro sin ni siquiera hacer ademán de pedirlo. Muchos compañeros caen en el error de intentarlo. Es una situación graciosa, a pesar de que lo normal es levantar la mano para pedir permiso para alguna cosa, a veces, movidos por la necesidad nos levantamos de nuestra mesa y nos acercamos a la mesa del maestro. Como decía es graciosa porque nuestro tutor nos conoce mucho y algunos en el mismo momento que se están levantando así con cara rara, los mira y les dice:
Fulanito no puedes ir al cuarto de baño ahora, siéntate.

Y fulanito nos mira algo ruborizado, se sonríe como diciendo lo intenté y se sienta, los demás sonreímos básicamente porque sabemos de antemano que no era una necesidad real, simplemente las ganas de evadirse un poco de la clase y dejar de ver los componentes de la sangre, o las formas no personales de los verbos.
Los expertos son los que aprovechan cualquier situación, entra un maestro a comentarle algo a otro, se están repartiendo algunas informaciones para los padres, etc. En ese momento se acerca con cara de corderito a punto de ser degollado, a ese gesto en el rostro debe acompañarse una posición de manos especial, cercanas al vientre y un achinamiento considerable de los ojos, una vez cumplidas estas premisas, pedir con un tono bajo de voz al maestro:

¿Don Menganito puedo ir al cuarto de baño que no me puedo aguantar?

Casi siempre funciona, sobre todo como digo los expertos, en cada clase hay expertos de muchas cosas, en la mía, los del cuarto de baño son verdaderos profesionales.


CAPITULO XVII


Borja me dijo que se quedaría un rato descansando, que me vendría bien dar una vuelta solo, darle un poco al coco y sobre todo relajarme. Asentí con la cabeza y me dispuse a tomar la calle arriba, sin un camino concreto.

Al llegar a la altura de la Iglesia del barrio, contemplé una imagen insólita, estaba completamente solitaria, la confluencia de varias calles, ese pequeño jardín a modo de isla, que separa dos calles tan tradicionales, una por su devoción a la Virgen y otra por sus carnavales.

Así, a simple vista, parecía un desierto. Continúe en dirección al centro de la ciudad. No llevaría más de cinco minutos caminando, cuando de repente, me encontré con una muchacha de unos 17 o 18 años, iba tranquila bajando la calle que yo subía. Su rostro era risueño, era muy guapa y tenía el pelo rizado.

Todavía no había llegado a mi altura cuando ya estaba ruborizándome. Mis mejillas empezaban a ponerse a punto de ebullición. De un colorado dinamita. No podía superarlo. En circunstancias normales, no hubiese sido capaz de decirle ni hola, hubiese agachado la cabeza, con las orejas gachas y habría continuado mi camino. Pero… no podía perder esa oportunidad. Si todo esto era un sueño, como me contaba Borja, o no lo era. Si todo esto tenía algo que ver con el libro que empecé a leer, debía intentar resolverlo. Era la primera persona que me encontraba desde que vi a Borja y empezó a contarme todo.

Mi arrojo fue, diría yo, como el de los grandes toreros, mis mejillas estaban más rojas que el capote de cualquiera de ellos, centré mis ojos en su mirada y le dije:

-Perdona, ¿tú estudias en mi colegio? Al acabar de pronunciar la
frase caí en la cuenta de la estupidez de mi pregunta. No daba una, ¿qué pensaría la muchacha? ¡Este niño es tonto (y con razón)! No había preguntas en el mundo para comenzar una conversación con una chica que esa pregunta…Pensé: “como siempre, ¡qué desastre eres Vicente!, ¡qué desastre!”.

Entonces, la muchacha reaccionó extrañada, o eso me pareció por su mirada, aunque con una sonrisa (para mi angelical) contestó:

- ¿De tu colegio? no sé, ¿cuál es el tuyo?

Su pregunta era normal, si sólo un palurdo como yo puede preguntar semejante tontería, encima sin decirle el nombre del colegio. Le dije el nombre de mi colegio y ella no fue tan parca en palabras, se le notaba que era extrovertida, muy simpática, pues siempre sonreía cuando hablaba, y además extremadamente guapa. Lo tenía todo.

Yo, mientras, seguía ruborizado. Supongo que ella lo notaría, pero con gran delicadeza, ni me dijo nada, ni hizo ningún comentario alusivo al estado de mis mejillas.

-Como te decía, soy Miriam, estudio 4º de Eso en tu colegio, es cierto, y nada, aquí andando iba hacia allí, ¡fíjate qué curiosidad! He quedado con unos compañeros para hacer un trabajo.

-¿Cómo? -mi reacción no se hizo esperar-. No sabía si hablar con ella, pero no encontraba otra solución. ¿Te importa que nos sentemos y te cuente una cosa rápidamente? -estaba empezando a soltarme con las chicas, le estaba proponiendo casi una cita, ¡qué valor! ¡Cuando se lo contase a mis amigos¡

-Bueno, tengo algo de prisa, pero vamos, si no es mucho tiempo…Venga puedes contarme lo que quieras. Se te ve en la carilla que estás preocupado por algo. Arranca, ¡venga!

-Mira, Miriam… - no encontraba la manera de arrancar-, te puede parecer muy extraño e inverosímil todo lo que te voy a contar, pero necesito escuchar tu opinión. Debido a un libro de Literatura estoy metido en un problema. Podrás reírte pero es creíble. No sé como has aparecido tú por aquí. Yo me levanté el otro día, fui al colegio y en vez de colegio había un solar, luego han ido sucediendo cosas raras, he conocido a un chico llamado Borja. Me ha explicado que él también ha vivido esta experiencia y me ha hecho pensar. Creo que todo se debe a un libro que me dio mi profesor y no lo leí entero, lo dejé a medias. Ahora estoy muy “rallado” no sé que hacer, ni sé la manera de que todo vuelva a la normalidad. Te lo he resumido de la mejor manera posible. No sé que habrás entendido tú, Miriam.

-Bueno muchacho, no me has dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?

-Vicente, Vicente Villar, perdona, los nervios y eso.

-Bien Vicente, te voy a ayudar pero tú también me debes ayudar a mí. Esto es muy sencillo, tú pones de tu parte y yo te resuelvo tu problema y te olvidas de esta locura que estás viviendo.

-Si de verdad me liberas de esto, hago lo que haga falta -te puede convencer cualquiera de muchas cosas, pero si la persona que te intenta convencer es una muchacha como Miriam, aceptas con los ojos cerrados, eso puedes tenerlo claro-. Bien, pero no me vas a decir que no hay explicación para toda esta maraña de cosas ¿verdad? ¿Tú no decías que ibas a hacer un trabajo con unos compañeros de clase?

-Y así era chico, pero se antepuso el secreto del libro de Don Ricardo.

-¿Cómo has dicho? ¿Conoces la historia, conoces a ese profesor y todo lo que me ha pasado?

-Lo que te ha pasado no sé, pero sí, la historia la conozco y te la resumo enseguida. Mira, atento, que te vas a quedar helado chaval. Aquí es todo como un puzzle verás que pronto te encajan todas las piezas. Todo empezó con Borja.

-¿También lo conoces?

-Desgraciadamente sí, dijo Miriam -fue la primera vez que no mantuvo esa sonrisa tan bonita después de hablar-. A lo que vamos chico, como te contaba, Borja estuvo a punto de repetir sexto curso. Quizá esto lo sepas pero es para aclararlo todo bien. Don Ricardo le dio el libro. Te ha engañado diciendo que salías tú. El libro hablaba de un chico, no recuerdo el nombre. Era un libro para aprender a apreciar la lectura, y saber que es importante sacar el curso adelante. Entonces, dejó el libro a medias. Es cierto, según veo, que no sé de que manera, ni explicación, llegó al colegio, convertido en solar. Allí estuvo un rato como te dijo, pero la manera de salir de allí, nuevamente es un camelo. Te volvió a mentir.

-¿Y cómo salió? -pregunté yo ya impaciente.

-Salió escribiendo en el libro que ayudaría a cualquier muchacho que le pasara lo que a él le había pasado. Eso viene en la parte final del libro. Él leyó el libro como te dijo y en las páginas finales, una vez acabado el libro, dentro de las recomendaciones del autor, viene un cuestionario. Lo rellenó y justo después, cuando se acercó a la calle, vio que todo había vuelto a la normalidad. Ese año acabo su curso, algo asustado por este acontecimiento, pero aprobando las asignaturas y pasando a Secundaria.

Ahora, tú has dejado el mismo libro a medias, y el secreto del libro de Don Ricardo, ha hecho lo demás. Has aparecido aquí, y Borja, para su sorpresa ha vuelto al mismo lugar en el que estuvo cuando tenía tu edad. El cuestionario instaba: “y si un muchacho está en tu misma situación, ¿lo ayudarías para que saliera de ella, serías capaz de explicarle tu experiencia, o pasarías de él y no le harías caso?”

Borja, contestó que sí. Así pues, cuando dejaste el libro a medias y viajaste hasta el solar, al poco tiempo, apareció él, para intentar hacerte comprender.

-Me dejas más tranquilo Miriam. Ahora todo empieza a tener su explicación. Pero… ¿tú que haces aquí, metida en todo esto? ¿Y si todo es tan fácil, digo yo qué…podrá llegar todo a la normalidad? ¿Tengo que esperar mucho?

-Pues chico, si te soy sincera, todo depende de si me ayudas. Como a veces en la vida, la gente se aprovecha de las cosas que se hacen por su bien, y buscan su interés. Borja te ha metido en un lío, y a mí también. Ahora hay que unirse para salir de aquí.

viernes, 21 de mayo de 2010

TAREAS VIERNES 21 DE MAYO

Conocimiento del medio: Resumen página 197. Estudiar para el control, actividades de repaso 1,2,3,4 y 7 página 199.

Lengua: ejercicio 7 página 204. Estudiar verbos, estudiar para el control.

Matemáticas: ejercicio 15 página 187. Resumen de la página 187. Ejercicios de repaso 6 y 11 página 189.

Buen fin de semana y buen trabajo.

jueves, 20 de mayo de 2010

TAREAS JUEVES 20/05/2010

Lengua: ejercicios 4,5 y 6 página 204 y estudiar verbos. También repasar la teoría de todo el tema - La semana que viene el martes tendremos el control.

Matemáticas:Resumen de el giro y la traslación página 186 y ejercicio 12. También cada uno tiene ejercicios según le haya salido el minutero. Sobre todo repasar el cálculo.
El control será el próximo miércoles.

Conocimiento del Medio: Resumen de las páginas 194,195 y 196, repasar todo lo anterior ya que hoy al final no ha habido minutero. El control será el próximo miércoles.

No olvidéis estudiar 1 hora cada día. Buena tarde y buen trabajo.

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPITULO XIV y XV

CAPITULO XIV

Hablaros de cómo estamos en clase es bastante fácil, supongo que todos habéis pasado por estos momentos. Hay una gran variedad, los maestros piensan que se dan cuenta de todo, nosotros a veces les hacemos creer que sí, sobre todo por el bien de la clase, es fundamental la discreción, aunque ese concepto algunos no consiguen tenerlo claro, son a los que vulgarmente se les conoce como chivatos. En mi clase no hay muchos pero de vez en cuando aparecen y toman la palabra, afortunadamente casi todos nuestros maestros los conocen y no confían ciegamente en ellos.
Ahora que están los maestros de prácticas es más complicado el tráfico de papelitos, ese mercado es único y exclusivo de las niñas, nosotros esporádicamente participamos, unos más que otros pero normalmente tomamos el papel de meros correos, es decir, manos ágiles que llevan la mercancía de un lugar a otro de la clase. Como os decía, ahora es más complicado, aunque paralelamente a ese mercado también toma fuerza el lanzamiento de gomas, bolígrafos, tizas, etc. Práctica antigua y habitual en toda clase que se precie.
En estas semanas, con tres maestros dentro del aula es difícil todo este tipo de entretenimiento, salvo que nuestro tutor, que está organizando el viaje de fin de curso, se ausente de clase, entonces toman fuerza nuevamente nuestros entretenimientos, pues aunque no deberíamos aprovecharnos tanto, los maestros de prácticas no nos riñen tanto y si lo hacen muchos de mis compañeros no le hacen mucho caso.


CAPÍTULO XV
-Me quedé unos minutos dando vueltas por el salón, me acerqué a la cocina a beber un poco de agua. Había sido una situación algo comprometida (aunque mucha gente pueda pensar lo contrario). Cada uno tiene una forma de ser, yo soy tímido por naturaleza y estaba aprendiendo a aceptarlo.
Cuando volvía de la cocina, recordé que había dejado algo pendiente. ¡El libro!... el libro estaba encima del escritorio, con un separador que me regaló un compañero de clase, abierto por las primeras páginas. Llegué a la habitación y me quedé mirando al libro. Me llegaron a la memoria las palabras de Don Ricardo, cómo me había dicho, por activa y por pasiva, que por nada del mundo dejara el libro a medias.
Sólo habían sido diez minutos, no creo que fuese para tanto, me decía a mí mismo, pero no acababa de tener tranquila la conciencia, siendo sincero, no había cumplido lo que me dijo.
Cuando aún estaba dudando entre seguir el libro o dejarlo para más adelante (ya que había desobedecido al profesor, darían igual unos minutos, que unas horas, me consolaba con esta reflexión movido por la pereza). Me encontraba en la disyuntiva de dejar el libro o continuar la historia del chico de sexto de primaria.
-Y elegiste dejarlo, ¿me equivoco? –saltando como un resorte, le pregunté a Borja.
-Efectivamente, Vicente, esta vez acertaste. Pero me ayudó a tomar la decisión una circunstancia concreta. Mi madre se acercó a mi habitación y me dijo: "Venga, Borja, ve vistiéndote que nos vamos". ¿Nos vamos?, pregunté yo alucinando. "Claro hijo mío, ¿no te pregunté la semana pasada qué día te venía mejor para ir a comprar la ropa de la boda de tu primo? Tú me dijiste, que el lunes, que los martes no tenías casi nunca controles", insistió mi madre.
Yo odiaba ir a comprar ropa, eso de probarme tantas cosas, y tantas veces. Estaba deseando que mi madre me dejara ir sólo a comprarme la ropa y no tener que esperar tanto tiempo. Me cansaba, siempre decía que si me gustaba tal pantalón, tal camisa, que me los probase bien, una talla, otra, otra, y si protestaba, peor todavía, era infernal.
Una de las cosas que menos me gustaban hacer, ir a las tiendas. Pero no había manera de escapar" Así que, el libro, definitivamente, se quedó por las primeras páginas, abierto, esperando mi llegada. Allí, familiarizándose con los demás objetos del escritorio: el estuche del colegio, el mp3 y las cartas de los fichajes de la Liga.
Llegué ya tarde a casa, me duché, cené y a la cama. Concilié fácilmente el sueño, para nada pensé en el libro ya, ni siquiera en las consecuencias negativas que me había advertido Don Ricardo.
Cuando desperté, me encontré una situación surrealista, por ponerle un calificativo. No desperté en la cama, abrí los ojos y comprobé que estaba apoyado en la pared de un solar. Pude distinguir, antes de frotarme los ojos, que se trataba de nuestro colegio. En un primer momento, pensé que era una pesadilla, la ropa que llevaba puesta era la misma que llevaba esa tarde, cuando estaba leyendo el libro.
Parecía cómo si hubiese dormido apoyando la cabeza en la parte más lejana del solar, en la pared más alejada del campo de arena. No conseguía despertar, incluso me di unas "tortitas" en la cara a ver si conseguía salir de mi asombro, imposible, fueron unos momentos dramáticos, una sensación de agobio impresionante.
No sabía como reaccionar, para más sorpresa, al levantarme del suelo, me percaté que llevaba algo en el bolsillo de atrás del vaquero. Lo saqué y te imaginas lo que era Vicente…
-¡El libro, el libro, el libro!!! -grité desenfrenado.
-Bien, muy bien -contestó Borja, con una tranquilidad pasmosa, como si estuviese esperando mi respuesta-. Efectivamente, cogí el libro, sumido aún en el desconcierto, me puse a caminar hacia la calle, había comprendido rápidamente que el solar del libro, coincidía en su descripción con el solar que, existía, en ausencia de nuestro colegio.
No había dado más de cuatro pasos, cuando abrí el libro por la primera página. No puedes imaginar lo que leí. Comenzaba diciendo:
"No tengo problema en presentarme, soy Borja, tengo 12 años y estudio sexto de primaria…"
Sólo pude leer esa frase, cerré el libro de la misma manera que cierras la puerta a un extraño, eran sentimientos que nunca había vivido. Miedo, terror, ¡no sabes lo mal que lo pasé!
Me guardé el libro en el bolsillo de atrás del vaquero, salí corriendo, espantado, de esa zona del solar. Llegué a la calle, la carretera, desde la acera intenté divisar la presencia de alguna persona. Nada de nada. Ni un alma, sería la hora de entrada al colegio, más o menos sobre las nueve de la mañana. No es que esta zona sea céntrica, pero siempre hay mucho movimiento de personas, coches, comercios, bares, etc. Pues nadie, nadie a quién preguntarle, eso me hizo sopesar y volver a darle bastante fuerza a la idea de que todo era producto de un sueño, un sueño bastante disparatado.
Una vez llegado a este punto, la curiosidad se adueñó de mí. Visto lo visto, no podía buscar más allá de lo que tenía cerca. Así que, ni corto ni perezoso, me volví a adentrar en el solar. Me senté en el suelo, saqué el libro, y comencé a leer.
Era sorprendente. Estaba leyendo y me "bebía" literalmente las páginas, eran cincuenta, pero me parecieron muchísimas menos.
Aunque lo más sorprendente no fue eso, sino que la historia del libro, ¡era mi propia historia! Mi vida llevada a un texto. Hablaba en primera persona e iba desgranando, con todo lujo de detalles, todas mis inquietudes, mis sueños, mis defectos, mis complejos, etc.
Una gran parte de la historia se basaba en mi situación escolar. Pero sobrepasaba al presente. En el momento que empezaba a describir mis problemas escolares, mis notas académicas, continuaba el libro hablando sobre mi futuro. Esa parte era la que más me atraía. Según el personaje, Borja, es decir, yo mismo, gracias a la lectura, superaba el curso, pasaba a Secundaria. Aunque esa parte, que era la parte final del libro, no estaba muy bien desarrollada. Se limitaba a decir que, gracias a la fuerza de voluntad del chico, y al descubrimiento del valor de la lectura, alcanzaba todos los objetivos del curso, sus profesores acababan muy contentos con él, sus padres y su familia también, y lo mejor de todo, él se sentía muy feliz y orgulloso de su progreso. ¿Qué te parece, Vicente?- me preguntó Borja.
-¿Qué quieres que te diga? -contesté yo-. Me dejas de piedra, pero no me puedes dejar así, continúa, por favor.
-Veo que ya estás cambiando chico, ese espíritu indomable de adelantarte a los acontecimientos y a lo que se te cuenta, estás encauzándolo, vas por buen camino. Pues bien, pudo haber pasado una hora, quizá algo más, pero para mí fueron pocos minutos, era la primera vez que me entusiasmaba de esa forma por un libro (es de recibo decir, que se trataba de mi vida, era obvio, pero el entusiasmo leyendo existía, y nunca había hecho acto de presencia en otras ocasiones).
Cuando estaba concluyendo la lectura del libro, quedaba una página en blanco para finalizarlo, el texto hablaba sobre cómo había podido salir Borja de la situación que se encontraba, era una especie de conclusión o de agradecimiento por todo lo bueno que le había sucedido, pasé página y… la última página estaba en blanco.
No me lo podía creer, la única esperanza que tenía, o eso creía en un primer momento, la esperanza de que el libro me diese alguna solución, de que me ofreciera algo con sentido en todo esto, se disipaba.
No puedo explicarte cómo llegó a mis manos, supongo que igual que el libro llegó a mi bolsillo, sin explicación alguna, al notar un pequeño objeto, en uno de los bolsillos delanteros del pantalón, se me encendió la bombilla, la luz llegó como por arte de magia, la imaginación, normalmente de vacaciones cuando estoy en clase, acampó en mi cerebro.
-No te entiendo, Borja –mi interrupción no se debió a la impaciencia, sino a que no comprendía lo que me quería explicar Borja.
-Perdona Vicente -me dijo-, me estoy dejando llevar y puedo estar liándote un poco, te lo aclararé. Fue una idea ingenua, propia de un niño, pero… ¡bendita ingenuidad! Saqué el bolígrafo que llevaba en el bolsillo.
Sin dilación, comencé con naturalidad a escribir la página en blanco. En el fondo, pensé, el libro era sobre mí pues, ¿quién mejor que yo para acabarlo?
No sabía si todo esto era un sueño o no, no me quedaba del todo claro todavía, así que, para curarme en salud, escribí lo siguiente en el libro:
"Y agradezco principalmente a mi profesor de Lengua, Don Ricardo, que me prestase un libro, me ayudó muchísimo. Consiguió, (ahí empezó mi historia, mi mentirijilla, mi llave para volver a la vida diaria) que por mi cabeza asomaran cantidad de ideas sobre la lectura, hasta soñé que mi colegio se convertía en un solar, que me encontraba sin nadie, como perdido, pero gracias a Dios sólo fue un sueño, un sueño que me hizo caer en la cuenta de que la lectura, debe ser muy importante en la vida de las personas, que solamente hay que saber dejarse llevar, acercarse a un libro como si contase nuestra propia historia.
Así he aprendido a valorar la lectura, y ese ha sido el gran secreto que me ha hecho poder sacar mi curso y progresar en mi colegio. Fin."
-¿Cómo? -solté yo-. No era una pregunta, más bien era el asombro el que me hacía preguntar, porque había escuchado perfectamente lo que me había contado Borja.
-Pues lo que te cuento -afirmó Borja-. Hasta hace poco tiempo, todavía me planteaba, si había sido un sueño, un sueño dentro de un sueño, algo rocambolesco, o si era cierto, si en verdad lo que me había sucedido, del libro, del colegio y todo lo demás, pertenecía a la realidad.
Pero estando nuevamente aquí, me da que pensar. Más bien, me atrevería a decir que no fue un sueño, digo yo. No sé, nada es imposible, eso es lo único que tengo claro.

CONTINUARÁ...

TENEMOS QUE SEGUIR UN POCO MÁS (1 HORA DE ESTUDIO)

Lengua: ejercicio 2 página 204.
Resumen de los parlamentos y actividad que cada uno seleccione.
Estudiar verbos cada uno según le corresponda.
Estudiar todo lo anterior prepararlo bien antes del control.

Matemáticas:
Ejemplos de simetría y resumen de Simetría.
Ejercicios 10 y 11 página 185. Repasar tema anterior áreas y perímetros.

Conocimiento del Medio:
Leer bien páginas 194 y 195, estudiar todo lo anterior para minutero.

Buena tarde y buen trabajo.

martes, 18 de mayo de 2010

Martes 18/05/2010

Matemáticas: Para los que no hayan superado el minutero resumen completo de la página 184. y para todos los demás incluido estos últimos ejercicios 8 y 9 de la página 184. Los ejercicios o cálculo pendientes de otros controles ya se han escrito en la pizarra.

Lengua: Ejercicios 1 y 8 de la página 204. Estudio de todo lo anterior. Y leer página 202 y 203 Los parlamentos.

Conocimiento del Medio: Estudiar para el minutero de mañana y leer Arte rupestre y monumentos megalíticos.

Buen trabajo y buena tarde.

lunes, 17 de mayo de 2010

HOY MÁS QUE NUNCA 1 HORA DE ESTUDIO

Matemáticas: ejercicios 5 y 6 página 183. Leer página 184.

Lengua: Copiar cuadro azul y recuerda páginas 200 y 2001. Repasar verbos y todo lo anterior.

Conocimiento del Medio: Hacer resumen de la Edad de los Metales páginas 192 y 193.
Estudiar todo lo demás.

Buena tarde y buen trabajo.

jueves, 13 de mayo de 2010

Jueves 13/05/10

Matemáticas: Leer páginas primeras del tema 14. Tener cuaderno al día. Repasar los problemas que hayas tenido dudas en el examen pasado.

Lengua: Resumen de las frases hechas, primer ejercicio de esa misma página. Estudiar verbos ser y estar. Repasar las oraciones según la actitud del hablante.

Conocimiento del medio: Llevar al día el cuaderno, estudiar la fotocopia y los apartados ya dado sobre la Prehistoria.

13 de mayo (Inglés)

Recuerdo que tenéis que estudiar las fotocopias de los posesivos y la teoría sobre las question tags que podéis encontrar en el cuaderno.
El lunes vamos a realizar un minutero sobre lo que llevamos en esta unidad 8 y revisaré  las actividades 2, 4 y 5 de las págs 70 y 71 del Activity Book.

miércoles, 12 de mayo de 2010

EL PATIO DE LOS PERDIDOS CAPITULOS XII Y XIII

CAPITULO XII

En lo referente a madurar puede llevar razón mi tutor pero no comparto del todo su tesis con respecto a lo de crecer (aunque no me gusta hablar del tema de la estatura, porque yo no es que sea muy alto aunque mis padres dicen que pronto daré el estirón), ¡las niñas de mi clase nos sacan una cabeza! Yo no sé que comerán, pero cuando vamos en la fila se percibe una diferencia bastante importante. Salvo unos cuantos compañeros que son algo más altos, por lo general, ellas tienen mayor estatura. Mi madre comenta con mi padre que es por el desarrollo, pero bueno, ya veremos en Secundaria si cambia la historia.

La Secundaria, ¡ufff!, ¡miedo le tengo! No quiero asustarme ni crearme castillos en el aire sobre lo complicado que será pero… ya tengo varios amigos en primero de E.S.O y me han informado. Sobre todo, me dicen que el primer trimestre es durillo porque se han tenido que adaptar a muchas cosas: profesores, asignaturas, horarios, tareas, exámenes…

Voy dejando el tema que sólo de comentarlo me entran los sudores de la muerte. Antes que empiecen esos asuntos tengo que hacer frente a este curso. No puedo confiarme, porque aunque ahora mismo lo esté llevando medio bien, faltan algunos meses y supongo que irá aumentando la dificultad y los contenidos de las materias.

Estas últimas semanas se me están pasando volando. Además, ahora en mi clase hay alumnos de prácticas de magisterio. Ellos están con nosotros porque se están preparando para ser maestros en un futuro próximo. Es una profesión que me gusta. Mis padres a veces dicen:

-¡Mira qué no tienen suerte los maestros, con tres meses de vacaciones y todas las fiestas del año!

Ese es un buen motivo para ser profe. Como iba diciendo, con nosotros ahora mismo están dos alumnos de magisterio. Uno pertenece a la Escuela Universitaria de Magisterio de la Iglesia y el otro a la Universidad Pública. Van a coincidir poco más de una semana. Uno ya mismo acaba y el otro sólo se quedará dos semanas. Son muy agradables y nos tratan muy bien.







CAPITULO XIII

-Bueno como te iba contando, Borja, para el martes no tenía muchas tareas. Era lunes y el tiempo estaba bastante revoltoso, las nubes estaban a sus anchas, buscando pelea, el cielo se tornaba grisáceo y amenazaba tormenta.

Me fui al cuarto después de merendar y me entretuve un poco pensando en el martes porque teníamos partido en el recreo y jugábamos contra sexto B, así es que necesitábamos ganar a toda costa ya que el empate no serviría para nada porque de esa manera pasarían ellos a la semifinal.

Al final acabé por dejar esos pensamientos e intenté hacer un esfuerzo y ponerme a leer. Cuanto antes empezará, antes lo iba a acabar. Lo único que me pesaba era la idea de tener que acabarlo del tirón. ¿Cincuenta páginas es cortito? Me preguntaba a mí mismo, pues no sé qué será largo para este hombre (Don Ricardo). Entonces, abrí el libro y comencé a leer. ¿Estás preparado Vicente?

-Preparado, ¿para qué?

-Para escuchar el contenido del libro, sobre lo que versa la historia que me dio a leer Don Ricardo -dijo Borja con cierto desaire. Parecía que debía saber el por qué, o quizá fuese su carácter.

-Claro, claro que lo estoy, Borja, tranquilo ya no me voy a sorprender de nada- solté con una sonrisa medio burlona.

-Pues ya veremos, quizá ahora cambies de idea. El libro, para aclararte todo antes, estaba escrito por Don Ricardo.

-¡Jajajaja! -me salió una gran carcajada. Pues igual que el mío Borja, si ya te digo, supongo que será el mismo.

-Bueno ya no me detengo más. El libro comenzaba así:

“Es un buen momento para las presentaciones, me llamo Vicente tengo 11 años y estudio sexto de primaria…”

Mi rostro según Borja, empezó a palidecer, noté como un nudo en la garganta. Las manos se tornaban abanicos en movimiento constante, las piernas se convirtieron en toneladas de cemento.

-No puede ser cierto Borja, me dejas sin palabras, además esto se empieza a escapar de mis manos, de nuevo estoy como al principio, no me cuadra nada. Por favor sigue hablando estoy impaciente por saber de qué va todo esto.

-Tranquilo, Vicente -con un tono muy cercano, me habló Borja. Voy a seguir con mi historia, tú escucha con atención. Como te decía, la historia hablaba de Vicente, un chico de 11 años que estudiaba sexto de Primaria. En las primeras páginas me hablaba de sus gustos, de su clase, de su colegio, de sus aficiones, cosas normales, lo habitual que va sucediendo en tu vida en esta edad.

A partir del capítulo dos, la historia daba un vuelco descomunal, se levantaba un buen día iba al colegio y su colegio había desaparecido, se encontraba a algunos profesores que le indicaban ciertas cosas y al final, el chico tomó la opción de adentrarse en el patio (lo que era antiguamente el patio del colegio) e indagar para intentar descubrir alguna pista que le sirviera para entender todo lo que sucedía.

-¡Borjaaaaaaaaa! -exclamé desesperado ya, movido por la histeria, descontrolado completamente, con los nervios a flor de piel-. ¡Borja, esa es mi historiaaa!, ¿tú lo sabes? Creo que te expliqué todo cuando te encontré en la parte que correspondía al bar del colegio, hace unas horas… ¿No estarás gastándome una broma? No tendría ni pizca de gracia.

-Ehh, chico - respondió Borja con gran naturalidad-. Te estoy diciendo la verdad. Tienes que mentalizarte de que vas creciendo. Vas a pasar a Secundaria en breve y no puedes vivir en la Luna de Valencia, ni estar en Belén con los pastores, como dice mi madre. La realidad es otra, la vida ya te está empezando a cambiar y esto si te ha pasado tendrás que descubrir por qué es.

Yo ya he vivido esto, ahora mismo estoy experimentando algo nuevo. Sé porqué te está sucediendo todas estas cosas, yo ya las he pasado, y también sé que estoy aquí porque tengo que crecer de alguna manera.

La explicación no la vas a encontrar como caída del cielo, piensa en ti, y piensa todo lo que está pasando, quizá así sea la única manera de que te enteres de algo. Yo estoy intentando explicarte las cosas, pero no saques conclusiones tan precipitadas.

Acostumbra a escuchar, a escuchar sin estar pensando en otra cosa al mismo tiempo. Yo era como tú, y parece que me han servido estos años.

-¿Estos años? -nuevamente me adelanté, con otra pregunta.

-Venga, bah -sonrió Borja-. Veo que es complicado contigo, Vicente, ¿pero tú has escuchado toda la parrafada que te he soltado?

-Sí, sí, -contesté con desparpajo asintiendo incluso con la cabeza de adelante hacia atrás, para hacer más creíble mi respuesta aunque, sinceramente, todo, todo no lo había pillado pero cualquiera le decía eso a Borja.

-Intentaré continuar antes de que me saltes con otra cuestión -dijo Borja con cierto cachondeito. Parecía que éramos ya amigos, y eso que solamente llevábamos juntos unas cuantas horas.

-Como iba diciendo, el chico se pateo de arriba a bajo, de cabo a rabo, todo el solar, y no encontraba nada, para su desesperación no veía a nadie en la calle, intentó llamar a su familia y nadie le contestaba al teléfono. En ese momento, en ese preciso momento de la historia, me rendí, me dejé vencer por la tentación, la sutil y delicada tentación del sonido del teléfono.

La tentación no era tan golosa en sí, lo que pasa que esperaba una llamada. En ese momento me daba mucha vergüenza reconocerlo, te lo prometo, y no sé lo decía a nadie, pero me gustaba una chica de mi clase. Le había dicho que me llamara para que me dijese las tareas de Mates. No era ese verdaderamente el motivo por el que quería que me llamase, yo las tenía apuntadas en mi cuaderno perfectamente señaladas, los ejercicios, los problemas y las cuentas de dividir con decimales.

La verdadera intención no era otra que hablar con ella. Me gustaba desde hacía tiempo pero no me atrevía ni siquiera a mantener una conversación con ella diáfana y sin interrupciones. Cuando la veía acercarse en el patio, me ponía colorado, mis mejillas se sonrojaban como si todo el sol de la ciudad a las cuatro de la tarde en pleno agosto me estuviera dando a mí.

¡Qué vergüenza! Total, que hablé con ella, le pregunté los ejercicios, hice como si los estuviese copiando y le comenté si ella ya los había terminado, si le habían parecido fáciles o difíciles. Y cuando vi que se acercaba mi madre a la salita donde tenemos el teléfono, raudo y veloz le di las gracias por todo y solté un soso, simple, y rácano: “mañana nos vemos”.

La timidez tiene eso, no sacas fuerzas para comportarte como lo haces con tus amigos, en tu ambiente. No creas que lo he superado, todavía sigo llevando a cuestas esa dificultad para tratar con las chicas, evidentemente con las que me gustan. Aunque algo si voy superándome. Estas cosas sólo te las cuento a ti, para que sepas toda la historia, sin cortes ni censuras, pero normalmente no hablo de chicas.

-Vale, vale, Borja, no te preocupes que yo no diré nada, no sé siquiera de quien me hablas. Me siento reflejado en muchos de los comentarios que has dicho sobre la actitud con las chicas, yo soy algo tímido también, bueno, tímido al cuadrado -este último tema de conversación acababa ya de unirnos del todo, la expresión de nuestro rostro lo decía todo.

Existía cierta complicidad a pesar de la diferencia de edad. Nos miramos a la cara y soltamos una carcajada. La confianza en el otro crecía por minutos, estábamos abriendo nuestro corazón y eso a mí me hacía sentirme muy relajado, con mucha paz por dentro.

Teníamos la llave que nos abriría la puerta del camino a casa, a nuestra vida real, él lo sabía por eso me ayudaba y yo todavía tenía que mentalizarme para ello.

-Voy a continuar -dijo Borja-, que me he enrollado hablando de la niña ésta. Cuando acabé la llamada, precipitado realmente por la presencia de mi madre en la salita, nervioso porque no quería que me preguntase nada, sobre todo si me había oído decirle que no tenía las tareas de mates, cuando ella siempre me dice que apunte todo.

Me iba a pillar, aunque en el fondo las madres lo saben todo, se dan cuenta más rápido de lo que nos pensamos de todas las cosas que nos van sucediendo. Con todo el jaleo olvidé volver al libro, la llamada era demasiado importante para mí en ese momento como para recordar que tenía un libro en la mesa del cuarto, ¿me entiendes, Vicente?

Puse cara de total empatía con Borja, y le dije con franqueza:
-Te entiendo perfectamente Borja, a cualquier chico se le hubiera olvidado. Pero… ¿qué pasó después? -la intriga me hizo volver a adelantarme a sus palabras, estaba tan cerca que la emoción me hacía mostrarme muy impulsivo, todo lo que me había contado me resultaba tan extraño. ¿Qué quería decir? ¿Él leyó un libro sobre mí, cuando yo todavía estaba en el primer ciclo de Primaria? Quién me iba a hacer creer que sería tan arriesgado dejarme un libro a medias…

EL CÁLCULO NOS FALLA HAY QUE REMEDIARLO

Matemáticas: Seguimos fallando en las divisiones y las multiplicaciones, deberíamos hacer una de cada a diario para no perder la agilidad mental. Preparar el cuaderno con el tema 13 si no están acabados algunos ejercicios. Hacer la portada del tema 14. Copiar los conceptos clave y leer páginas 182 y 183.

Lengua: Estudiar verbos ser y estar. Estudiar páginas 196 y 197. Copiar en el cuaderno las normas de la coma, estudiarlas y hacer el ejercicio 19. ( los ejercicios 13,14,15 y 16 de la página 197 deben estar hechos de clase)

Conocimiento del Medio: Estudiar para el control, tener al día el cuaderno. Leer página 190 y 191. Hemos dado tiempo en clase para hacer el resumen del Paleolítico. Leer la fotocopia el apartado del neolítico.

Buena tarde y buen trabajo.

martes, 11 de mayo de 2010

Hay que seguir ya va quedando menos

Lengua: Resumen páginas 196 y 197. ejercicios 8 y 9 página 195. Estudiar verbos ser y estar.

Conocimiento del medio: Portada tema 14. Leer páginas 188 y 189. Leer fotocopia. Estudiar control tema 13.

Matemáticas: Preparar el cuaderno con los temas no evaluados. Preparar el control. Estudiar fórmulas de áreas y revisar los problemas hechos en la pizarra hoy.

Buena tarde y buen trabajo.

CAPITULOS X y XI EL PATIO DE LOS PERDIDOS

CAPITULO X


Hay algún grupo más en la clase. No podemos olvidar a las niñas. Aunque algunas forman parte de la asociación bocadillo-rebajas, otras se concentran diariamente en el cuarto de baño. Parece que celebran una reunión o algo parecido. Algunos días Don Rafael tiene que advertirles de que el recreo es abajo y que no estén tanto tiempo ahí dentro. Supongo que hablarán de sus cosas, aunque digo yo, que hay otros lugares para charlar. Pero bueno, ellas sabrán, yo en ese tema no me meto.


También podemos destacar a otro grupo que se sitúa alrededor de la fuente. Allí juegan “a pillar” o algún que otro juego que se inventan en ese momento. Yo no tengo un grupo definido, hay días que prefiero jugar al fútbol y otros días que me junto con los compañeros que juegan “a pillar”.


El día que nos unimos todos y participamos juntos es cuando hay partido de liga. El profesor de Religión ha creado la LFP. No se trata de la liga de fútbol profesional como rezan esas siglas, sino la Liga de Fútbol de Primaria, y esta la formamos los quintos y los sextos. Tenemos nuestro calendario que se cuelga en las carteleras de los cursos y cada jornada se vive de manera apasionada. Para evitar enfados y peleas se han establecido unos puntos extra por la deportividad. En cada encuentro el equipo más deportivo, es decir, con menos faltas, con menos discusiones… gana puntos. Así, aunque haya perdido su partido, todos los equipos tienen la posibilidad de subir puestos en la clasificación. El objetivo principal es sano: disfrutar y participar juntos como clase, y se está consiguiendo; aunque si ganamos nos alegramos más porque a nadie le amarga un dulce.


Hay días que hasta nuestros profesores juegan con nosotros. Ahora en los recreos no hay muchos problemas, parece que hemos aprendido a disfrutar de estos ratos juntos, sin crear polémicas ni situaciones de conflicto. El año anterior no había recreo que no discutiésemos. Principalmente el problema radicaba en los lugares de juego. Al fondo del campo de tierra hay un pequeño espacio, donde jugábamos al fútbol algunos compañeros y algunas niñas querían jugar al voleibol. Después, cuando subíamos a clase, comenzaba el debate con nuestro tutor. Intentábamos llegar a un acuerdo, pero ningún grupo queríamos ceder. Vimos que era imposible, que si no cedíamos un poquito en nuestras pretensiones, nadie podía salir beneficiado.


Todos lo comprendimos y entramos en razón. El tema quedó solucionado. La fórmula era muy sencilla, creamos una imaginaria línea y, a partir de ahí, había que respetar el espacio que pertenecía a los otros.


No tardamos en comprender que más allá de la línea, la diferencia con respecto a la situación anterior era, simplemente, nuestra intención de solucionar el problema y poner de nuestra parte. Todo quedó en agua de borrajas y así seguimos. De hecho, este curso ya hemos cambiado de lugar estratégico. No hay conflictos.


Además, en los grupos de juego, sobre todo en el fútbol, ya hay bastante presencia femenina. Eso, según nuestro tutor, es un logro únicamente nuestro, conseguido gracias a nosotros. También comentó que habíamos madurado y crecido como grupo. Aunque yo sólo veo que ahora ya no nos resulta tan incómodo estar con las niñas de la clase, ni ellas con nosotros. Antes éramos casi enemigos unos de otros.


CAPITULO XI


-Me encantaría, Don Ricardo -no me quedaba otra, o El velero azul, o la incógnita que mi profesor me planteaba.


-¿Y qué libro era? ¿Te gustó? ¿Era un rollo, verdad? -comenté yo tan imprudente como siempre.


-¡Otra vez Vicente! -dijo Borja con una mirada fugaz casi asesina.


- Perdón, Borja, continúa, continúa, no lo he podido remediar. Su cara lo decía todo.


-Como iba diciendo, Don Ricardo se levantó de su asiento, y con una sonrisa enorme, me dijo:


-Va a conocer la mejor fórmula para apreciar el valor de la lectura. Su mundo será la lectura. Su vida comenzará a cambiar en pocos días. Usted tiene la llave para entrar nuevamente de lleno en su vida. Una vida donde los libros serán parte de usted, y usted de ellos. Y por el curso no se preocupe porque estoy seguro de que lo va a aprobar. Pero debe comprender bien todo, el libro le ayudará. Otra cosa, no lo deje por la mitad, es un libro “cortito”, sólo tiene cincuenta páginas. Decida qué día le apetece leerlo y recuerde: si empieza a leerlo debe acabarlo.”


-Y así me dejó- me explicó Borja. Me dio una palmadita en la espalda y me dijo: “qué tenga un buen día, Señor Ramos”.


En un primer momento sus palabras no tuvieron gran sentido para mí. Estaba en una encrucijada, mi madre me iba a preguntar y, si le contaba la verdad, me haría leer el libro. Si no se lo decía, tendría que esconder muy bien el libro porque sino ella me preguntaría y al final sería peor. Así, todo lo fui pensando mientras caminaba hacia mi casa. En el trayecto fueron pasando por mi mente algunas cosas que recordaba de la conversación con Don Ricardo, aunque la más importante, la que me dejó marcado era sólo una.


Si leía el libro me ayudaría a aprobar el curso, sé que no tenía sentido como tal. Para aprobar lo que debía hacer era estudiar, estudiar y estudiar, no leer pegos de detectives o de investigadores, pero la idea de pasar curso y no repetir era lo que más me empujaba a cumplir.


Al menos Don Ricardo lo estaba intentando, me estaba estimulando para aprovechar lo que quedaba de curso. Justo antes de llegar a mi calle lo tenía todo decidido. Lo haría, le comentaría a mi madre toda la charla y buscaría esa semana un día para comenzar la lectura.


-Perdona, sé que no te voy a dejar acabar pero me veo en la necesidad de interrumpirte. Por favor, por favor- supliqué a Borja.


-Dime Vicente, venga pero no muchas preguntas, rápido que sino no voy a poder acabar nunca. Aunque tienes tiempo, tampoco es necesario perderlo de esta manera, sino nunca descubrirás por ti mismo lo necesario para tu nueva vida.


-¿A qué te refieres? – le pregunté a Borja.


-Nada, nada venga, dispara.


- Vamos a ver, lo de que tu mundo será la lectura me lo dijo a mí también Don Ricardo, creo que casi todo lo tengo ya claro, aunque me faltan algunos detalles, te voy a dejar seguir hablando, además estoy convencido que el libro que te prestó puede ser el mismo que a mí - la seguridad en mis palabras era máxima la luz al final del túnel estaba empezando a verse ya.


-No creo Vicente, aunque según lo que me dices ya estás en disposición de seguir escuchando mi historia. Cuando la acabe, creo que sabrás qué pasos debes tomar para volver a tu mundo diario. Ahora mismo, como ya habrás podido observar, has entrado en una estancia diferente, todo es casi como la realidad, aunque debes descubrir la manera de salir de esto y volver a tu día

a día.


-¿También dejaste el libro que te prestó Don Ricardo a medias? – me preguntó Borja.


-¡Claro! ¡Cómo no había caído en eso antes! Por eso dijiste antes que conocías esta experiencia: tú tampoco acabaste de leerte el libro y has pagado como yo lo estoy haciendo ahora el precio por ello. Pero, ¿por qué has vuelto?


-Esa pregunta la contestarás tú mismo cuando me dejes continuar explicártelo todo.